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La crisis de la mediana edad

  • eremindset
  • Aug 17
  • 2 min read

Updated: Aug 19

Cuando llegas a la mediana edad, te das cuenta de que mucho en tu vida ha cambiado. Ya no ves bien, el desgaste ha aumentado considerablemente; no te motiva casi nada, han aparecido canas, arrugas, dolores y achaques que se han vuelto crónicos.


Tener casi 50, en un momento en la historia de la humanidad en el que hay tantos avances a nivel médico, especialistas de "anti-ageing", no tiene que significar estar "viejo", puedes vivir como dicen: "los 50 son los nuevos 40, los 40 son los nuevos 30", sin embargo; cuando notas que la mayoría de tus sueños ya caducaron; te topas con un final, y la sensación es como estrellarte de frente con un muro.


Tener esta edad y a la vez, cuestionamientos tan profundos o tan básicos como: ¿para qué hago esto?, ¿Quién soy?, ¿Qué quiero?, ¿a dónde voy?; te produce una crisis, un duelo. La vida se congela y te empuja a reconsiderar el rumbo. De alguna forma, es el final de un libro, donde sientes que el libro realmente no está terminado, pero no quieres seguir leyendo una historia que ya no habla de ti.


Habiendo estado ya un tiempo en este limbo; reconozco que esta crisis es dolorosa e implica una pérdida pero, este tránsito es necesario. Este es el proceso de convertirme en individuo, de soltar expectativas y mapas que no funcionaron, y que ya no definen mi territorio.


Con esta muerte, se ha abierto un portal para volver a nacer con toda la capacidad creativa, la inspiración y, la sabiduría que la experiencia me ha dado. Realmente libre para decidir el contenido de la continuación de mi biografía.


Muchas cosas que creí que eran la vida, no lo son, yo misma no soy, ni me defino por lo que creía, no anhelo ya las mismas cosas, ya no me pesa ni me frena lo que piensen o digan de mi y, finalmente me estoy reconociendo diferente y, estoy encontrando mi verdadera voz, sin buscar reconocimiento externo, sin creer que siempre debo ser más y mejor.


Este dolor de cambio, esta "pérdida de juventud", ha dado lugar a la etapa en la que mi vida se reinicia, en la que quiero apreciar de una forma más nítida los pequeños detalles y momentos que parecían insignificantes pero, que realmente son los que constituyen mi vida, las memorias de mi paso por esta Tierra.


Mi búsqueda no es ya el diploma, el ascenso, el maratón, el logro. Mi vida es todo lo que pasa en el intermedio: las conversaciones, la conexión con otros, la caminata de la mañana, la rutina, el momento en que abro los ojos y me siento afortunada de tener otra oportunidad de vivir.


Mi vida es mucho más simple de lo que creí y a la vez, mucho más rica y esta pequeña muerte existencial, cambia por completo la perspectiva de lo que realmente quiero, porque para qué quiero logros si no disfruto el día a día, para qué quiero una obra de arte, si no puedo apreciar los colores de mi rutina, para qué quiero esperanza si el día de hoy está vacío.


ree


 
 
 

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